Que una zambullida no cambie tu vida
Mi nombre es Sergio Castañeira y tengo 41 años. Hace casi siete, en agosto de 2014, sufrí un accidente que me provocó una lesión medular a la altura de la cervical C5 y que me cambió la vida.
Normalmente, este tipo de lesiones se asocian a accidentes de tráfico, pero hay un alto porcentaje que son debidas a zambullidas, como fue mi caso y el de otros muchos compañeros que he conocido en rehabilitación y a lo largo de estos años.
Mi accidente no fue una temeridad; tuve la mala fortuna al sumergirme y entrar corriendo por debajo de una ola y me golpeé la barbilla con un banco de arena rocoso que no vi, provocándome la rotura de la cervical. Hoy puedo contar esto porque alguien que estuvo atento me logró sacar del agua, ya que quedé completamente inmovilizado en ese momento.
Muchas veces cuando estamos en la playa desconocemos y no vemos lo que hay debajo de las profundidades, o no somos conscientes de la fuerte corriente o demasiado oleaje que existe. El verano es el tiempo de playa, piscinas y baños en lagos y ríos. Todos los años vemos por desgracia fallecimientos por no ser precavidos o muchas lesiones medulares que suceden por imprudencia o mala suerte. Durante 2020, 338 personas perdieron la vida por ahogamiento. Las zambullidas son una de las causas principales de nuevos lesionados medulares en España. Así, se estima que el 6% de los nuevos lesionados, unos 60 cada año, lo son por este hecho.
Una paraplejía o como es mi caso una tetraplejía (no tengo movilidad completa en los miembros superiores y nada en las manos) cambia drásticamente tu día a día, pero no solo el tuyo, sino también el de tus seres queridos. Por eso debemos tener precaución con las zambullidas y tomar una serie de medidas que pueden evitar este tipo de lesiones.
Entre los consejos para que esto no ocurra, están los siguientes:
- Conocer las profundidades del lugar donde se va a bañar uno, así como darse cuenta de la posible existencia de bancos de arena, rocas, etc….
- En el caso de los lagos y pantanos, tener mucha precaución con las corrientes subterráneas.
- Otra recomendación muy importante es extender los brazos para proteger cuello y cabeza, ya que en el caso de impacto, no provocaría daños irreparables como lesión cerebral o medular.
- Por último, en piscinas, es aconsejable no correr por sus bordes y controlar la profundidad de la piscina en caso de salto desde un trampolín o desde arriba. Debemos intentar hacer caso siempre a los socorristas.
El verano es una de las épocas más activas y divertidas del año, así que usemos el sentido común para disfrutarlo y tomemos conciencia de que con una serie de precauciones podemos disfrutarlo con nuestros familiares y amigos sin riesgo.
* Foto realizada por Amalia Gómez Valenzuela
Sergio Castañeira