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Foto de un campo de olivos en mayo visto desde un cerro

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09 Mayo, 2022

Historias personales

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Hola a todos los que estáis leyendo esta publicación. Me llamo Mykola. Vengo de un país estepario, parcialmente montañoso con frondosos bosques e inviernos muy fríos. Se llama Ucrania. Hoy, Día de Europa, voy a contar cómo fueron mis primeros pasos en España y cómo he llegado a trabajar en Inserta con la ayuda del Fondo Social Europeo.   

Llegué a finales de julio 2018 a Barcelona y lo primero que sentí fue temor por la venida, pero también un alivio, porque en realidad soñaba de niño visitar estos sitios con mucho sol y encontrar aquí vida nueva, amigos y oportunidades de trabajo. También puedo añadir que en mi tierra la situación para quienes no tienen empleo es un desastre para personas con discapacidad.

A finales de 2019 pude entrar en la Bolsa de Empleo de Inserta, la entidad de Fundación ONCE para la formación y el empleo. La primera entrevista la pasé en la oficina de Barcelona, pero al final tuve que mudarme a Madrid. Aquí me atendió un técnico de Inserta, Ricardo, quien empezó acompañarme en la búsqueda de posibles ofertas. Primero tocamos el tema de los talleres que ayudan a prepararse para hacer entrevistas de trabajo y otros puntos sobre la búsqueda activa de empleo.

Pero de repente, en marzo 2020, lamentablemente todo el mundo sufrió el peor periodo de pandemia y yo tenía que confinarme como los demás. De hecho, incluso en estas condiciones nos conectábamos por Skype con Ricardo para hacer un pequeño taller de mejora de currículum vitae y repaso de mi perfil en Por Talento, especialmente cursos del área digital.

Al final, cuando se inició la nueva normalidad, no pude soportar los problemas económicos y comenté a Ricardo la situación en general. Empezamos a buscar ofertas. Un mes después me incorporé al jardín botánico de Madrid, pero al trabajar tres meses de repente me denegaron mi solicitud de protección internacional y quitaron el permiso de trabajo - la empresa me dio la baja de oficio. Pese a lo que sucedió, un amigo mío consiguió un alojamiento en Galicia, O Barco de Valdeorras. Allí trabajé en la construcción, vendimia, etc. Pasaron ocho meses y me mudé otra vez a Madrid, porque no pude soportar trabajos duros y me empeoraba la salud…

Un mes después empezó la guerra en Ucrania… El tema de la guerra me provocó un dolor inimaginable. Allí se quedó mi familia, especialmente me preocupo por mi hermana que desde nacimiento tiene discapacidad causada por parálisis cerebral…

Ya teniendo nuevo permiso de trabajo contacté de nuevo con Inserta Empleo y su directora en Madrid, Carmen Montes, me ofreció incorporarme como técnico de empleo. Ahora hago entrevistas de orientación a los demandantes y respecto a refugiados me ocupo de traducción, orientación laboral. Es un trabajo donde aparte de nuevos conocimientos se usa experiencia como persona con discapacidad que sobrevivió a distintas dificultades. A mí me encantan el entorno y las personas con las que estoy haciendo estas labores. Cada uno de la casa ofrece su parte de experiencia y esto me ayuda muchísimo a crecer como profesional.

Para finalizar, me gustaría decir a todos que nunca es tarde para conseguir nuevos objetivos, asique nada de rendirse y caer al abismo

Skilskyi, Mykola

 

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