Formación continua, adaptaciones constantes

Creatividad sobre la exclusión en la que se ve un dedo acusador apuntando al monigote de una persona de tamaño mucho más pequeño

comunicacion

17 Febrero, 2023

Derechos

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Tengo 23 años y siento que llevo estudiando toda la vida para poder socializar.

Desde que empecé en el colegio me hacían ‘bullying’. Mis padres expresaban que sufría discriminación y la directora lo máximo que hizo fue invitarnos a irnos a otro colegio; como siempre la víctima es la que tiene que redimirse. En el segundo colegio la única diferencia era que me hicieron varios test y al ver que estaba en el límite del TGD, les sugirieron a mis padres trabajar las habilidades sociales y motrices.

En el instituto fue más duro todavía, tanto a nivel académico como social, pero a día de hoy me doy cuenta de que por lo menos tenía adaptaciones y apoyos.

Lo peor es que a día de hoy estoy sintiendo una mayor discriminación, si cabe, en la Formación Profesional. Sobre todo, porque a nivel legal no se cubren las dificultades que tiene el alumnado con necesidades educativas específicas, y el apoyo por lo tanto es nulo.

Por lo que, si sirve de algo mi alegato en este texto, las personas con discapacidad también merecemos trabajar en ámbitos que nos apasionen, aun teniendo dificultades. Por eso siento y pienso que todo el mundo tiene derecho a una adaptación tanto curricular como laboral y, aunque cueste mucho, podemos ser buenos profesionales, pero no abarcar todas las funciones que se piden.

A mí esto me lleva a pensar que es una barrera más y que, aunque se diga que estamos en un sistema integrador, sigue siendo segregador y ‘capacitista’, con lo que reafirmo mi lucha respecto a la educación y a las futuras personas trabajadoras. Las adaptaciones curriculares están muy bien, pero se tienen que mantener en el tiempo, ya que las personas que tenemos discapacidad no vamos a dejar de tenerla por mucho que trabajemos los aspectos que nos cuestan y es muy sufrido vivir luchando constantemente para que se reconozca que somos también válidas, que no se nos infantilice e impida realizar el trabajo que siempre hemos querido hacer.

El artículo 14 de la Constitución Española dice claramente que hay un principio de igualdad. Derecho a la igualdad y la no discriminación, considerándose esto un derecho fundamental que tenemos que reivindicar y hacernos ver y oír para llegar a tener en general toda la población más derechos. Tenemos derecho al trabajo, a la no discriminación, a una calidad de vida y a todo lo que queramos, pero por ahora toca luchar y hacer ver que vamos poco a poco abriendo terreno.

Marina Jiménez

 

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