Vivir y viajar: no es lo mismo accesible que adaptado

Imagen de Teresa en silla de ruedas en un paseo marítimo en el que se ve la playa

admin

05 Septiembre, 2024

Derechos

Me llamo María Teresa, mis amigos me conocen como Tere. En febrero hará 33 años que tengo lesión medular. En mi día a día en la Residencia de la Fundación del Lesionado Medular tengo la suerte de tener cubiertas las necesidades básicas, pero cuando quiero salir de vacaciones, la cosa cambia.

A la hora de irme de vacaciones necesito un alojamiento que sea accesible y adaptado, ya que hay gente que confunde estos dos conceptos. Cuando encuentro un hotel que está adaptado, tengo que llamar al hotel para asegurarme de qué es lo que ellos llaman adaptado.

Y si me convence ya busco el medio de transporte para llegar al alojamiento, como por ejemplo un taxi adaptado o un bus.

Y es que, no es lo mismo accesible que adaptado.

Para que me entendáis, la primera vez que fui a Barcelona me aseguraron que estaría en una habitación adaptada y fue un desastre. Tuvimos que mover las camas para que pudiera pasar y que la persona que me acompañaba pudiera acostarse. La silla entraba, pero no podía girar. Además, el baño era pequeño. Así que… de adaptado nada y menos.

Una cosa es accesible y otra cosa es adaptado. Accesible es que pongan la puerta del baño ancha, pero adaptado es que esté preparado todo para tus necesidades: que te puedas mover, que las camas estén a la altura de la silla, que los armarios se puedan abrir con facilidad. A veces tener un ascensor no significa que sea de gran ayuda, porque no entro.

Quiero mi independencia.

Cuando utilizo el servicio de asistencia Sin Barreras para viajar me pasan a una silla manual. Y yo no tengo por qué permitir que nadie me empuje. Yo quiero mi independencia. ¿Por qué tengo que ir en una silla manual y que me empujen y ser dependiente cuando puedo llegar por mi propio medio hasta la puerta de embarque?

Cuando vas a viajar no es tan sencillo como decir: ¡hala!, ¡me voy! e irse; sino que hay que estar preparada para todo tipo de inconvenientes. Cuando llevas tanto tiempo con una lesión medular no te conformas con nada. O lo haces bien o no lo haces. Es decir, para ir paseando necesidades me quedo en casa.  

No hay que apañarse, hay que adaptar todo.

En conclusión, todos tenemos derecho a disfrutar de la vida, pero de igual manera. Yo no tengo por qué limitarme porque no hayan pensado en otras maneras de vivir y de moverse por la ciudad. No hay que apañarse, hay que adaptar todo.

María teresa Sacristán, residente en la Fundación del Lesionado Medular.  

 

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