MEMORIA SOCIAL: ¿Qué ha supuesto para mí la puesta en marcha de Mamá Hormiguita?
Acertada, la palabra memoria. Si echo la vista atrás, o mejor, la mente atrás, llegan un montón de recuerdos de pelea, esperas, soledad, impotencia, ilusión, desilusión, trabajo, esperanza, frustración, sacrificio, deseo, incomprensión, apoyos... y una lucha constante por no perder nunca la energía necesaria para continuar el camino.
Decidí abrir este negocio porque quise ser madre. En el sentido más extenso de la palabra. Madre a tiempo completo, o por lo menos todo lo que mí situación laboral y económica me lo pudiese permitir. Lo "social" me ayudó en muchas ocasiones, pero tampoco me lo puso fácil en otras.
Primero por mi discapacidad. Siempre velada, en un segundo término, sin poder ni querer mencionarla, porque no se nota... pero está. No quise dar explicaciones, en el trabajo, a los ajenos, ni tampoco a las personas cercanas que no son tan cercanas. Sólo pretendí avanzar con normalidad, sin tener que dar cuenta de lo que yo considero mi privacidad. Con la normalidad de cualquier otra persona "capacitada", ¿por qué no?
Después, porque no encontré al compañero que tuviese el valor y la ilusión de emprender un camino tan difícil a mi lado.No sé si es que la vida no me lo puso delante, o yo no lo supe ver... no sé. Entre idas y venidas emocionales y los casi veinte años ininterrumpidos de trabajo dedicados a diferentes empresas privadas, estaba a punto de pasárseme el arroz. Dudé mucho y finalmente me dejé llevar por mi corazón.Y decidí ser madre en solitario.
Recurrí a la seguridad "social", se equivocaron al aplicarme los protocolos y después de casi dos años entre listas de espera y pruebas me echaron, en teoría, por ser demasiado vieja. ¡Cuánto tiempo perdido,para finalmente tener que recurrir a una clínica privada! Me hundí. Siguiente paso: levantarme, pedir un crédito y luchar contra el reloj. Varios intentos de reproducción asistida, no fue fácil...
Felizmente nacieron Teo y Simón.Dos niños sanos y preciosos. Mi último trabajo como directora comercial dejó de ser compatible con mi nueva vida de madre; después de seis años, a la empresa ya no les servía mi perfil. Ya no podía tener jornadas interminables, ni viajar al extranjero. Paro.
¿Qué hacer? De golpe, descubrí mis nuevas limitaciones, pero también mis nuevas capacidades. Mis niños me trajeron un montón de cosas buenas y sobre todo me ayudaron a descubrir facetas mías que desconocía. También supe que todos los que me ayudaron en el camino estaban dispuestos a seguir haciéndolo todavía más.
Y llega Mamá Hormiguita a mi cabeza. Si yo necesité artículos de segunda mano de calidad para mis bebés y no los encontré salvo comprando a distancia y sin garantías..., lo mismo le pasará a otras familias. Me encanta crear, pero no sé pintar, o componer...me gusta construir algo de la nada, desarrollar un proyecto... disfruto un montón dando nueva vida a algo que ya no sirve... respeto la naturaleza y el entorno, lo valoro muchísimo...me gusta escuchar y colaborar con la gente que tiene dificultades, como lo hicieron conmigo.... Y tengo experiencia, mucha experiencia en todo esto. Además, acabo de descubrir que me encanta estar con niños.
Manos a la obra. Primero formarse, curso para emprendedores en el Vivero de Empresas de Santiago de Compostela, el dinero del finiquito como medio de financiación, conversación con mi madre... ¿sí,mamá?, mentalizarme en que no tendré ni un minuto libre en mucho tiempo y.... a cruzar los dedos. El día de Nochebuena de 2014 nació Mamá Hormiguita.
Mª Inmaculada Alonso
Emprendedora beneficiaria del Programa de Autoempleo de Fundación ONCE