La accesibilidad web también tiene que ver con la comprensión
La accesibilidad de las webs parece ser una cuestión técnica y, de hecho, las pautas de accesibilidad desarrolladas por el consorcio W3C se han centrado en cuestiones muy técnicas para atender las necesidades de personas con discapacidad visual o discapacidad motriz. Sin embargo, hay un aspecto muy relevante relacionado con la comprensión.
Las personas con discapacidad intelectual sufren con la navegación por internet. Sus quejas se centran en las dificultades de uso, el esfuerzo por memorizar cómo está organizada una página, la confusión con los formularios o el miedo a comprar vía web por no entender el proceso.
Por ejemplo, un usuario dice: “Rellenando algún formulario me confundo, porque son muy largos. A veces, no sé dónde está el fallo y no me deja seguir adelante”. Otro nos cuenta: “Me gustaría que todas las páginas tuvieran un buen buscador donde pueda poner lo que busco de esa página y me lo busque bien”. Un tercero expresa sus miedos: “No suelo comprar en internet porque es complicado. Puedo acabar comprando algo mal o lo que no quiero. Por eso prefiero ir en persona”.
El consorcio W3C ya ha empezado a trabajar pautas de accesibilidad cognitiva web de forma inicial a través de un grupo de expertos. Algunas de las soluciones que proponen las propias personas con discapacidad intelectual coinciden con esas pautas, como un diseño limpio, que evite muchos colores y formas, como nos comenta un usuario: “Me gustan las páginas sencillas, sin muchas imágenes y textos, porque encuentro lo que busco más fácil”.
Además, es importante que haya información sobre dónde se está en cada momento, con menús en la misma posición, buscadores flexibles que ofrezcan resultados parecidos a los buscados (“quiso decir…”) o alternativas de textos en lectura fácil o que se puedan escuchar. “Las páginas deberían incluir la opción de escuchar lo que hay escrito. A mí me ayuda también, aunque sé escribir. Pero que la voz sea agradable, porque a veces es un robot”, indica un usuario.
Es muy importante que los procesos estén muy bien marcados: “Que me marquen bien los pasos que tengo que dar por ejemplo para comprar un billete. Paso 1, paso 2, paso 3… y saber cuántos me quedan para acabar”, nos comenta un usuario.
En conclusión, se trata de profundizar en el concepto de usabilidad para alcanzar a públicos que tienen más dificultades en el uso de una herramienta como internet, que forma parte ya de nuestra vida.
Óscar García Muñoz
coordinador de Proyectos de Accesibilidad Cognitiva y Lectura Fácil
de Plena Inclusión Madrid