Héroes silenciosos

Imagen de uno de los talleres de Cristina en el que aparecen las manos de varias personas alrededor de una mesa redonda

admin

21 Septiembre, 2019

Historias personales

0 comentarios

1.255 visualizaciones

Trabajar en la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Madrid (AFEAM) es hacerlo rodeada de personas a las que les encanta su trabajo y lo desempeñan con gran profesionalidad. 
 
Como psicóloga, me encargo de llevar uno de los talleres de estimulación cognitiva, un grupo de apoyo mutuo para cuidadores principales y terapia psicológica individual para personas que están cuidando a sus familiares y necesitan apoyo para gestionar sus emociones y afrontar la enfermedad.
 
Lo mejor de este trabajo es que es muy enriquecedor: todos los días se aprende algo nuevo, bien de los cuidadores, que hacen una labor dificilísima que conlleva un nivel muy alto de sacrificio, o de las personas afectadas, que sobretodo te enseñan que se puede vivir con alzhéimer siempre que se tenga ayuda y apoyo familiar y social.
 
En el grupo de apoyo mutuo, se escuchan historias dignas de mencionar en el Telediario. Son un modelo a seguir todos y cada uno de los que participan. Son fuertes, valientes, con una gran sensibilidad y dan más de lo que reciben.
 
Sus testimonios me hacen ser consciente de lo importante que es su labor en nuestra sociedad y lo poco reconocido que está su trabajo, el de cuidador.  Eso me entristece, porque los cuidadores ahorran muchísimo dinero a la sociedad y son unos héroes silenciosos; es muy injusto. Son un modelo a seguir y se podría aprender muchísimo de ellos.
 
Por otro lado, estoy llevando un taller de estimulación cognitiva, donde las personas tienen una afectación  leve. Está formado por siete señores, ‘los siete caballeros’, como me gusta llamarlos. 
 
Trabajamos mucho y muy duro pero también lo pasamos en grande. Entre ellos hay mucha complicidad: si a uno le cuesta realizar un ejercicio de los que hacemos en grupo, enseguida se ayudan, el sentido del humor no falta y siempre se van con una sonrisa en la cara, muy satisfechos con el trabajo que hacemos en la sesión, y para mí eso es lo mejor del día.
 
Cristina Sánchez Fernández, 
psicóloga de AFEAM
 

Compartir

Entradas relacionadas

Comentarios