Empatía, señores

Foto de Teófilo tras la presentación de la compra asistida

admin

15 Marzo, 2021

Accesibilidad Universal

0 comentarios

1.187 visualizaciones

Mi nombre es Teófilo Romero, tengo 41 años y vivo desde hace cuatro con una discapacidad que me impide entre muchas cosas algo tan sencillo y esencial como es ir hacer la compra.

Voy a describir mi cotidianidad en cuanto a esta actividad diaria que parece tan sencilla…

Un acto aparentemente tan sencillo y cotidiano como comprar una botella de aceite o de leche en el súper supone un esfuerzo casi titánico. Ya lo es comprar fruta o yogures, pasear sin chocarse por los pasillos de las tiendas (a menudo demasiado estrechos) o incluso empujar el carrito de la compra, ya que no está adaptado a nuestro medio de desplazamiento en silla de ruedas.

La adquisición de cualquier producto básico o de primera necesidad en una altura de mas de metro y medio es una de las etapas más complicadas de la compra, porque estos productos suelen estar situados en los estantes más altos y menos visibles de los lineales, nada accesibles para aquellos que caminan sobre ruedas y no se pueden levantar de su silla.

Creo que los supermercados o aquellos que los dirigen y que se encargan de la colocación de los productos deben tener en cuenta las discapacidades patentes que hay, no sólo ahora sino años atrás, y las que ni antes ni en la actualidad les generan la más mínima preocupación. El personal tampoco ayuda, sea su misión o no, y el final es el mismo: no recibimos ni ayuda ni se preocupan de que la tengamos.

Espero y confió, en cualquier caso, en que nos tomen como una parte activa de compradores, porque de nosotros también dependen, gracias a nuestras adquisiciones. Comemos y tenemos las mismas necesidades que toda la ciudadanía y cada uno de los clientes que van a sus comercios y por ello demandamos igualdad de condiciones

No obstante, he de decir que el viernes estuve en el Supercor de Toledo, donde han empezado a entender y a adaptar sus supermercados para gente con discapacidad. Y la verdad que estaba todo muy accesible: estanterías bajas, pasillos anchos, una persona pendiente de nosotros por si necesitamos ayuda, carro para la silla de ruedas… todo accesible y con un trato espectacular. Tendrían que estar todos los supermercados así de adaptados.

Por eso pido empatía, señores, para que sean cada vez más los supermercados que sigan los pasos del Supercor de Toledo y ofrezcan el servicio de Compra Asistida, porque esto solo lo sabe quien lo padece.

Teófilo Romero,

persona con discapacidad física

 

 

Compartir