Mamá, soy tu hija

Imagen de una mano sobre las manos de una persona mayor

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21 Septiembre, 2023

Historias personales

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Hoy, 21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer, me acerco a vosotros para contaros un poquito mi experiencia como cuidadora de una madre con alzhéimer.

Me llamo Isabel y mi mamá lleva muchos años padeciendo esta maldita enfermedad. Cuando mi padre murió fue cuando pasé a ser cuidadora principal de mi madre. Entonces todo pasó a ser negro para mí, principalmente porque me sentí perdida. Aunque ya llevábamos luchando muchos años mi padre, mis hermanos y yo para hacer de este camino tan duro algo más llevadero, en ese momento no me veía capaz ni física ni psicológicamente de afrontar este reto.

En ese momento fue cuando encontré a una gran familia que me ayudó y me allanó el camino, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Toledo (AFA Toledo). Llegué a ellos llorando la reciente pérdida de mi padre y la gran responsabilidad de cuidar a mi madre en una fase de la enfermedad muy complicada (episodios de agresividad, alucinaciones, desorientación, incontinencia, etc).

Su psicólogo me orientó, su gerente me tranquilizó y ayudó incondicionalmente y lo mejor de todo, me pudieron ofrecer una plaza en el centro de día de La Casa del Alzheimer donde mi madre podía tener una terapia personalizada y adecuada para sopesar todos los síntomas que en ese momento tenía. Esa terapia cognitiva que reciben en este tipo de centros es la mejor medicina que yo he conocido hasta ahora para el alzhéimer. Sus terapeutas y auxiliares me lo hicieron todo muy fácil y ayudaron muchísimo a mi madre.

Y aquí me tenéis, en este momento soy vicepresidenta de AFA Toledo y día a día lucho y trabajo sin ánimo de lucro por esta Asociación.

A las familias que estáis pasando por esto no os voy a engañar: el camino es duro y difícil, pero la experiencia me ha enseñado que no tiene porqué ser tan triste como nos imaginamos. Primero, aprende a vivir el día a día, sin mirar mucho al futuro. Segundo, intenta ser feliz con la situación que tienes, porque esa felicidad y positividad tuya se la vas a transmitir al enfermo; por el contrario, si estás nervioso y angustiado él también lo estará y todo se nublará como en un día de tormenta. Y tercero, desarrolla un máster en PACIENCIA porque lo vas a necesitar.

Todo este camino ha sido posible gracias a mi familia que ha estado conmigo al pie del cañón en todo momento.

Gracias mamá por todo lo que me has enseñado y lo feliz que me haces cada día y gracias papá, que desde el cielo nos cuidas como siempre lo has hecho.

Nunca olvidemos a los que ya no pueden recordar

Mamá, soy tu hija y te quiero

Isabel Pérez Majano

 

 

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