Vocación de servicio público
El Museo Nacional de Artes Decorativas trabaja desde hace años en mejorar la accesibilidad física, cognitiva y social. Desafortunadamente, la accesibilidad física es la que menos hemos implementado, al ubicarnos en un edificio histórico cuyas estructuras requieren modificaciones sujetas a limitaciones legales que suponen inversiones que escapan a nuestra capacidad de acción.
Tenemos acceso adaptado y sillas de ruedas a disposición del público, pero el ascensor es demasiado pequeño para ciertos modelos de silla. Este condicionamiento nos ha abocado a ir centrándonos en la accesibilidad cognitiva y social, conscientes de nuestra vocación de servicio público a todas las personas.
Desde 2008 desarrollamos proyectos con colectivos en situaciones de vulnerabilidad: personas sin hogar, drogodependientes en rehabilitación, síndrome de Down, TEA, personas con enfermedad mental o población reclusa. Desde entonces hemos realizado también actividades dirigidas a público con discapacidad, como talleres y visitas guiadas, vinculadas generalmente a exposiciones temporales.
Hace más de diez años que activamos un programa de prácticas con la Asociación Argadini con los alumnos del título de Auxiliar Cultural, destinado a personas con dificultades cognitivas de diverso orden, y ya han pasado más de 20 alumnos por el museo.
Respecto a la inclusión de trabajadores con discapacidad para los cuales se adaptó el puesto, podemos decir que durante los años 80 y 90 contamos con Manolo, que tenía limitaciones cognitivas y ejercía labores de ordenanza; entre 1992 y 2014 con una telefonista con ceguera, y en la actualidad con Antonio, que tiene trastorno del espectro autista y pertenece a la plantilla del museo, donde realiza funciones de apoyo a Administración.
Antonio nos cuenta cuál es su percepción de la accesibilidad en el museo, tanto desde el punto de vista del usuario como del trabajador: “El museo necesita más puntos de accesibilidad para personas con movilidad reducida, pues en algunas salas hay pequeños escalones que tendrían que tener rampa. El trabajo que yo realizo en Administración se adapta muy bien a mis necesidades. Me siento muy a gusto y puedo desempeñarlo con autonomía”.
Paloma Muñoz Campos,
Departamento de Responsabilidad Social
del Museo Nacional de Artes Decorativas