Pienso en mi como en la persona que algún día será maestro

Imagen de menores en un aula en la que se ve a Abraham con la maestra

editor

20 Noviembre, 2025

Derechos

Hola, soy Kari Costanza,senior editorial manager en World Vision, y voy a contar en qué consiste nuestro programa ‘Hogares y Comunidades’ a través de la experiencia de Abraham, Claude y Delphine. 

‘Hogares y Comunidades’ es una iniciativa de World Vision, Humanity & Inclusion y la Fundación Imbuto, financiada por USAID (United States Agency for International Development o Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, en español).

Gracias a este programa, se ha capacitado a maestros de preescolar, bibliotecarios y facilitadores de lectura comunitarios para apoyar a la infancia con discapacidad. En Ruanda, la iniciativa ha conseguido que 14 bibliotecas comunitarias a nivel distrital cuenten con libros en braille, cuentos digitales accesibles con lengua de signos ruandesa, materiales táctiles y juegos accesibles para apoyar a todos los niños en su aprendizaje conjunto. 

A finales de 2024, desde World Vision y junto con nuestros socios, habíamos llegado a un total de 1.021.268 niños — 18.082 de ellos con discapacidades, incluido Abraham — a través de este proyecto en Ruanda. Nuestro objetivo es llegar a más de 26.500 niños con discapacidad a través de este programa para finales de 2026.

Dos de los maestros formados son Claude y Delphine, que ayudan a progresar a Abraham, un niño feliz de nueve años que adora la escuela y que tiene parálisis cerebral. 

Claude y Delphine trabajan con Abraham en el aula y recibieron capacitación de Jean, miembro del personal del proyecto, también con discapacidad, para enseñar a niños con necesidades especiales. La capacitación les cambió la vida, les abrió los ojos y les transformó el corazón.

Claude cuenta que el primer día de Abraham fue de soledad, ya que no conocía a ningún niño y no era capaz de hacer nada ni podía hablar con claridad, pero que pronto rompieron esa soledad proporcionándole un asistente para ayudarle y brindarle la atención personalizada que necesitaba. 

Por su parte, Delphine refiere que el cambio en Abraham ha sido extraordinario, ya que ahora puede hablar, se le entiende perfectamente, sigue las instrucciones de los maestros y sus compañeros le adoran.  El año pasado, pasó de preescolar a primer grado. Su madre guarda su diploma en una carpeta donde conserva todos sus logros. 

Pero si extraordinario ha sido el cambio en Abraham, en Delphine ha sido notable gracias a la formación de Jean, que le ayudó a saber cómo trabajar con niños con discapacidad. Asegura que ahora enseña de forma diferente y que, como maestra, se siente más segura para trabajar con todos los niños. Y eso es especialmente bueno para Abraham, un futuro maestro. Está aprendiendo de los mejores.

Kari Costanza, World Vision 

Photos de Jon Warren, World Vision

Compartir: