Campus Inclusivos, Campus sin Límites. Qué gran experiencia!

Foto de Marina durante el Campus Inclusivo de Fundación ONCE en 2014

admin

09 Junio, 2015

Universidad

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Como cualquier adolescente de 4º de la ESO con ganas de continuar sus estudios, yo también soñaba con ir a la universidad. Soñaba con estudiar Periodismo,  una vocación inherente que me persigue desde que tengo memoria. 
 
Sí, al igual que tú, que ahora lees esto, también tuve que enfrentarme a las preguntas que siempre tus profesores en secundaria, amigos o gente más allegada te hacen llegar. Esa que empieza diciendo: “¿Qué quieres ser de mayor?, y probablemente continúe por un extenso interrogatorio acerca del motivo de tu decisión mientras tratan de convencerte que la mejor opción sería optar por una carrera de ciencias, tal vez una Ingeniería, Medicina… o qué se yo.
 
Recuerdo que lo que más me molestaba no eran las preguntas, ni siquiera aquel discurso político que trata de hacerte creer desesperadamente que lo dicen por tu bien. No. No era nada de eso. Eran las miradas de incredulidad que te dirigían al saber que querías hacer una carrera universitaria. Algunos, quizá los más valientes e insensatos, eran capaces de hacer bromas al respecto, y otros, tan sólo eran capaces de mirarte incrédulos, incapaces de romper la magia e ilusión que por aquel entonces destilaban mis ojos al imaginarme con un micrófono en la mano.
 
¿Por qué no podía permitirme el lujo de soñar? ¿Acaso no dice aquel dicho popular que era gratis? Os aseguro que por aquel entonces de haber podido, yo también hubiese entonado aquellas míticas palabras de Martín Luther King: “I have a Dream”.
 
Yo, aún no lo sabía, pero quedaban muy pocas semanas para que mi primer contacto con la universidad se hiciese realidad.
 
Esther Bueno, (perteneciente a la Fundación ONCE), tras una charla informativa que se celebró en el colegio en el que estudiaba, se puso en contacto conmigo para decirme que en el mes de Septiembre se celebraría la primera Edición de Campus Inclusivos, Campus sin Límites en la ciudad de Valencia, un proyecto que aunque era innovador tenían puesta todos mucha ilusión para que se llevase a término.
 
Los meses fueron pasando y antes que pudiese darme cuenta ya estaba metida en el AVE, con jóvenes de edades similares a la mía y discapacidades diferentes, pero con un mismo objetivo: SEGUIR NUESTRA FORMACIÓN CON UNOS ESTUDIOS SUPERIORES.
 
Siempre me ha sorprendido la facilidad que tienen las personas con capacidades diferentes para aceptarse entre sí, sin hacer preguntas al respecto. Era maravilloso que a los pocos minutos de llegar a la Residencia Universitaria de la Facultad Politécnica de Valencia donde nos alojábamos, ya hiciésemos bromas entre nosotros como si nos conociésemos de toda la vida.
 
Los monitores y encargados de nuestro cuidado dibujaban ante nosotros una realidad tangible, y es que no hay nada, absolutamente nada que te propongas que no puedas conseguir. Lástima que a veces haga falta dejar atrás tu entorno y ciudad donde vives para así volar sola y darte cuenta de todas las cosas que puedes hacer por ti misma, y es que, aunque a veces te digan que TÚ PUEDES, necesitas verlo con tus propios ojos para darte cuenta de lo valiosa que eres. 
 
El viaje de cinco días fue tan intenso como enriquecedor en todos los aspectos. Tuve la oportunidad no sólo de ser más autónoma, sino de conocer a personas increíbles que me ganaron en muy poco tiempo. Además, la ciudad valenciana estaba completamente adaptada a nuestras necesidades, tanto dentro como fuera del campus universitario con el uso de barandillas y terrenos al mismo nivel, algo de vital importancia si tienes una diversidad funcional de carácter físico, como es mi caso . Hoy en día, cuando tengo mis dudas acerca de seguir o no con Periodismo y Comunicación Audiovisual (las dos carreras que estoy haciendo) pienso en todo lo que me ofreció el Campus Inclusivo y es lo que me anima a seguir adelante.

 

Marina Nogués López
Participante del programa Campus Inclusivos, Campus sin Límites 2011

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