Se puede salir de la violencia de género

Ilustración de mujer con el texto

admin

25 Noviembre, 2016

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Mi nombre es Patricia, tengo 37 años y soy madre de un pequeño de cuatro.
 
Quiero en este día compartir con tod@s un capítulo de mi vida negro y oscuro por culpa de la Violencia de Género.
 
Ya han trascurrido 12 años desde que pasó lo que voy a contaros.  
Me fijé en un chico de mi barrio. Me parecía guapo, era fuerte, le veía mayor. Empezamos a salir juntos con muchas ganas de pasármelo bien y disfrutar de la relación. Me enamoré.
 
Él salía mucho más que yo, decía que era para protegerme, para que no viviese ese ambiente tan malo en el que se supone que él estaba. Tampoco le gustaban mis amigas, así que poco a poco, fui saliendo menos con ellas. 
 
La primera vez que me pegó, me dejó tirada en la calle, después de insultarme y gritarme,  me agarró del cuello, me tiró al suelo y se puso a darme patadas. Pensé que se había dado cuenta de lo que había hecho, y que nunca más me trataría mal. Yo le creí.
 
En cualquier caso, decidí que no podía seguir así y llamé a algunas de mis antiguas amigas y, aunque me dio algo de miedo, quedé con ellas y salí una noche. Entendí que así no éramos felices ninguno de los dos, que teníamos que dejarlo.
 
Y lo dejamos. Un día salí a comprar, supongo que él me vio por la ventana (vivíamos muy cerca) y fue detrás de mí. Una vez llegamos al descampado, sacó un machete militar de combate (un enorme cuchillo de doble filo), porque era militar,  y me dijo que no podía seguir así y que iba a suicidarse porque le había dejado. 
 
Intentó ahogarme. Vencida, me tiró al suelo, seguía apretando; pataleaba,  pegaba golpes al aire, pero jamás soltaba.
Se me empezaba a nublar la vista, cuando de repente noté un golpe seco en mi costado;  me había dado una puñalada y después de esa siguieron las demás.
 
Tras esto, me sometí a una operación que duró 11 horas y estuve dos veces clínicamente muerta. 
 
Físicamente, me han quedado señales que siempre tendré, además de una discapacidad reconocida: tenía la mano destrozada, me había perforado el intestino, el hígado, la vena cava. A los dos meses tuvieron que volver a operarme para extirparme un metro de intestino.  
 
Por eso estoy aquí, para que mi historia pueda llegar a sensibilizar al mayor número de personas, sobre todo a mujeres para que sepan que se puede dejar atrás esta violencia que a día de hoy sigue matando mujeres y niñ@s.
 
Creo que necesitamos un gran esfuerzo entre todos para luchar contra esta lacra social y con un trasfondo cultural muy fuerte.  Educando en la igualdad, rompiendo estereotipos e informar y sensibilizar a las nuevas generaciones.
 
 
 Patricia Carmona, víctima de violencia de género.
 

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