Reporte no financiero y discapacidad, seguimos avanzando
Podemos decir que en España, en un ámbito específico pero de relevancia para la discapacidad, terminamos el año con la buena noticia y los deberes hechos, al haber realizado la transposición de Directiva europea 2014/95/UE sobre divulgación de información no financiera y diversidad.
Una transposición que llevaba casi un año de retraso, y que nos situaba como último y único país de la UE pendiente de adaptar a nuestra legislación esta normativa europea. Sin embargo, lo bueno se hace esperar, y con el Real Decreto-ley 18/2017, aprobado el 24 de noviembre, España hizo sus deberes, superando el planteamiento de la propia Directiva, e incorporando la referencia a la discapacidad, en relación con la diversidad, proceso en el que ha intervenido el CERMI, con el apoyo de la Fundación ONCE.
Resumidamente, el panorama que se plantea para nuestro país a partir de ahora es que ciertas grandes empresas, según define la Directiva, tienen la obligación de divulgar información relacionada con su desempeño social, medioambiental, de personal, sobre derechos humanos y de lucha contra la corrupción y el soborno. Además, concretamente, deben describir la política de diversidad aplicada en relación con el Consejo de Administración, incluyendo entre otros aspectos la discapacidad.
Una referencia que puede parecer modesta, pero que supone un cambio cualitativo y un punto de inflexión, al establecer por un lado que, al menos para ciertas grandes empresas de interés público, es obligatorio que divulguen a través de sus reportes no financieros (entre otros en los llamados informes o memorias de responsabilidad social corporativa, de sostenibilidad, o de valor compartido, en sus distintas nomenclaturas) información sobre discapacidad. Por otro lado, queda indudablemente reconocido que la discapacidad es parte de los aspectos de diversidad.
El punto de llegada, esta transposición de la Directiva, es el final de un camino en el que, desde la óptica de la discapacidad he tenido la oportunidad y la suerte de contribuir, y cuyo punto de partida proporcionaba un sabor agrio al haber dejado, la propia Directiva 2014/95/UE, allá por 2014, la discapacidad de lado. Sin embargo pudimos ir consolidando avances importantes como la publicación en 2015 de la Guía 'La Discapacidad en las Memorias de Sostenibilidad' elaborada por Global Reporting Initative y Fundación ONCE, con el apoyo del FSE, o la inclusión de la discapacidad, con múltiples referencias, en las Guías de la Comisión Europea, publicadas este verano, para orientar justamente la aplicación de la Directiva 2014/95/EU.
Sin duda ahora queda ver la práctica del reporte no financiero por parte de las empresas y cómo se va reflejando y reportando lo que las empresas hacen o empiecen a hacer en relación con las personas con discapacidad para fomentar negocios inclusivos y sostenibles, todo en un contexto donde la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible imperan. Pero es razonable que recibamos 2018 con optimismo en este ámbito y vislumbremos un camino de mejora con esta nueva normativa.
Carla Bonino Covas
Técnica del Departamento de Programas Europeos
Fundación ONCE