Convivir con el alzhéimer
Me llamo Gema y mi madre tiene diagnosticada demencia senil tipo alzhéimer desde 2007. Lleva en la Asociación de familiares de Alzheimer de Algemesí desde 2012 por consejo de su geriatra y a raíz de una enfermedad terminal de mi padre, su cuidador hasta entonces. Aunque le costó mucho adaptarse a la nueva rutina, una vez habituada al ritmo del centro y gracias a la constancia y buen hacer del personal, ahora lo vive como el aliciente de ir al “cole”, como lo llama ella, todos los días.
Para mi familia, llevarla al centro supuso un cambio drástico en la vida, no sólo por convivir con la enfermedad día a día y lo duro que es, sino porque tuvimos que adaptarnos a ella, a sus ritmos, y a perder la libertad de por ejemplo no tener vacaciones, no salir un sábado noche, etc. Pero gracias a la asociación podemos tener una vida laboral, que de otra forma sería imposible, ya que nos da la posibilidad de trabajar y de saber que ella está bien atendida mientras tanto y además con la flexibilidad de horarios que nos ofrecen (apertura también del centro sábados y domingos). Nos facilitan mucho las cosas.
A mi madre le gusta todo del centro porque siempre ha sido muy activa, y le encanta hacer gimnasia, o pintar, bailar, pegar, coser, leer y demás actividades que hacen allí. Pero de lo que más disfruta es de jugar a las cartas o al bingo, algo que ya hacía cuando la enfermedad no se le había manifestado. Y lo contenta que la recogemos las tardes que ha “ganado” y lleva una pulsera, un pañuelo o un collar nuevo...
Además de estar bien atendida por profesionales competentes, tienen servicio de catering, peluquería, podólogo, ducha, médico y/o enfermera en caso de necesidad que nos ayudan con su cuidado.
Por eso desde aquí animo a las familias que se lo están pensando a que acudan a asociaciones (que estén federadas) porque incluso el precio es bastante asequible con relación a otros centros. Nosotras siempre hemos pensado que el acudir a la asociación ha ralentizado el deterioro de mi madre, pues la mantiene activa y eso es beneficioso en todos los campos, tanto física como mentalmente.
El llevarla al centro fue la mejor decisión que tomamos en su día y sólo tengo palabras de agradecimiento. Gracias por facilitarnos la vida, el día a día y por ayudarnos a entender un poco más esta enfermedad tan cruel, tanto para los pacientes como para sus cuidadores.
Gema Fernández,
hija de una persona con alzheimer