Nuestra entidad en aras de la igualdad en el voluntariado
Es importante recordar que cuando nos referimos a la igualdad en el voluntariado, estamos hablando de un derecho de todas las personas y una obligación de las organizaciones, cuya materialización nos incumbe.
Desde una perspectiva amplia, la inclusión del voluntariado en la gestión de la igualdad en el seno de las entidades de voluntariado viene demandada ya por la propia Ley Orgánica 3/2007 para la igualdad efectiva de mujeres y hombres en la que se recoge como objeto de la Ley garantizar la igualdad de facto entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida, y entre ellos, en la participación civil y social, marco en el que se desarrolla el voluntariado.
La acción voluntaria se basará y se desarrollará con arreglo a los siguientes valores:
La igualdad de oportunidades de mujeres y hombres en todos los ámbitos de actuación del voluntariado.
La no discriminación de los voluntarios por razón de nacionalidad, origen racial étnico, religión, convicciones ideológicas o sindicales, enfermedad, discapacidad, edad, sexo, identidad sexual, orientación sexual o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
La igualdad está muy presente en los valores que sustentan las actividades de nuestras organizaciones y eso incluye a quienes nos facilitan llevarlas a cabo.
La igualdad no sólo es un principio de la acción voluntaria. Se encuentra en la base de nuestra razón de ser como entidades que trabajamos en la construcción de un mundo en el que quepan todas las personas.
Las personas voluntarias son una parte esencial de nuestras organizaciones.
Comparten nuestros valores, nuestros objetivos, y se esfuerzan para alcanzarlos.
Es casi imposible imaginarnos el funcionamiento de nuestras entidades sin la contribución del voluntariado. Las personas voluntarias apoyan al personal de nuestras organizaciones, haciendo posible que nuestros programas se desarrollen; aún sin ser parte de la plantilla, en muchos casos, son quienes se encargan de llevar a cabo esas actividades, y se relacionan directamente con las personas beneficiarias de nuestras acciones.
Basta un simple paseo entre las páginas webs de varias entidades de voluntariado para darse cuenta de la presencia manifiesta del valor de la igualdad para las organizaciones, su categorización como derecho humano fundamental y como requisito para avanzar en la justicia social.
Aunque no para todas nuestras entidades, la igualdad entre mujeres y hombres es el objetivo central, para una gran mayoría es un principio que recorre de forma transversal todo su trabajo, y se convierte en una herramienta fundamental, imprescindible para poder cumplir sus fines y objetivos. Y cómo no, nuestras organizaciones también desarrollan programas, proyectos y actividades específicas dirigidas a corregir las desigualdades o promover la igualdad entre mujeres y hombres en cualquiera que sea el ámbito de trabajo o la misión de la entidad.
Siendo la igualdad uno de los valores más refrendados por nuestras organizaciones, las personas voluntarias tienen que estar incluidas en cualquier medida que adoptemos para promover y garantizar la igualdad entre mujeres y hombres.
Unidad de Voluntariado y acciones Solidarias de Fundación ONCE