Una gran misión

Imagen de una impresora 3D

admin

27 Marzo, 2020

Institucional

0 comentarios

3.490 visualizaciones

El primer día que empezó todo esto del teletrabajo por el coronavirus me dio un ataque de ansiedad, de los de verdad, con taquicardia e hiperventilación. No era capaz de compaginar mi trabajo con los deberes de los niños, la comida y el mantenimiento de un umbral mínimo de higiene en la casa.
 
Además, parte de los proyectos en los que estaba involucrada se venían abajo. ¿Qué iba a hacer? ¿durante cuánto tiempo iba a tener trabajo de utilidad para Fundación ONCE?
 
Todo ello sin contar con la preocupación por las personas de la familia con más riesgo.
 
En fin, qué voy a contar que no hayáis sentido cada uno y cada una de vosotras.
 
Tras una semana de supervivencia en la que logré ir recuperando poco a poco la calma, un día,  a las seis de la tarde, recibí un whatsApp de parte de dos remitentes diferentes. “Se buscan personas con impresoras 3d para realizar respiradores y accesorios para los hospitales”, rezaba el mensaje.
 
Eso quería decir “Palomita, ponte las pilas y entérate de esto que hay que hacer algo”.
 
Qué pinto yo en la impresión 3D si soy terapeuta ocupacional, es una historia que os contaré otro día, pero que quede claro que yo aún me pregunto cómo es posible que me haya metido en este lío.
 
Así que me puse manos a la obra.
 
Lo que estaba ocurriendo es que un grupo de 'makers' se había unido para fabricar material que escasea en los hospitales, residencias y entre los profesionales que velan por nosotros en esta crisis.
 
Montamos un grupo de compañeros y compañeras, cada uno con una función diferente. La mía, la más fácil, decidir qué hacíamos cada uno y mantenerme en contacto con nuestro director general.
 
El viernes pasado ya estaban las impresoras en casa de la persona que iba a imprimir, tenía los contactos de los compañeros y compañeras de ONCE encargadas de la impresión 3D y otra persona estaba haciendo el ímprobo trabajo de leer los mensajes de 12 grupos diferentes de Telegram para tratar de enterarnos qué se estaba imprimiendo y cómo se estaba montando la logística en Madrid.
 
El diseño en el que estamos trabajando es una pantalla, parecida a las caretas que usan los soldadores, pero con la visera transparente, que ayuda a proteger la boca, nariz y ojos de quien la lleva puesta.
 
Cada día leo infinidad de mensajes para organizar el trabajo y la distribución de los dispositivos que el Grupo Social ONCE está imprimiendo, me mantengo en contacto con nuestro director general para pedir recursos y  sigo el día a día de los compañeros para actualizar el stock que tenemos.
 
En definitiva, gestionar trabajo, familia y pandemia no es sencillo, pero ahora me resulta más fácil convivir con mis emociones, porque sé que formo parte de un gran equipo, porque sé que tengo un papel importante en una gran misión: contribuir a la protección de los profesionales que están en primera línea de batalla en esta crisis.
 
Paloma Cid, 
tele-maker-madre con una gran misión 
 

Compartir