De todo a nada: una reflexión sobre mi pérdida de derechos con la incapacitación

Imagen de Santi durante una presentación

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03 Diciembre, 2021

Derechos

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Si esto fuera la novela de mi vida, se podría resumir en cuatro palabras: de todo a nada.

Hace tiempo que entré en el centro ocupacional, por aquel entonces iba y venía todos los días del centro ocupacional a Belmonte, donde yo vivía. Mi padre estaba jubilado por una enfermedad, tenía una lesión crónica de corazón, por eso yo iba a veces con él al médico de Cuenca en la ambulancia a hacer revisiones del corazón y le leía los informes del médico, ya que mi padre no sabía leer ni escribir. Muchas veces iba a pedirle una ambulancia para las revisiones o hacerle la compra, domiciliar los pagos de la casa e, incluso, pagar facturas o sacarle dinero del banco. Hasta ahora, había sido como un apoyo para él.

Un día estaba en el centro y llegó mi padre y le dijo al director que si quería ser mi tutor. El director dijo que sí, y que había que “hacerle la incapacidad a Santiago”. Me dijo que tenía que hablar con el médico forense, que no me contó que me iban a incapacitar totalmente y que perdería mis derechos.

Cuando estuve ante el juez, me leyó la sentencia sin darme muchas explicaciones, por decir algo, ya que hasta mucho después no me enteré de que me había quitado todos mis derechos como persona con discapacidad. Me sentía como un perro lazarillo al que le habían apartado de la persona invidente y no podía hacer su trabajo, tenía que dar explicaciones y hacer preguntas, sin darme la oportunidad de defenderme.

Aunque tengo que agradecer que cuando me empezó a tutelar FUTUCAM me ayudaron a recuperar mis derechos, como el voto, y me apoyaron en la toma de decisiones para recuperar otros que desaparecieron con mi incapacitación total.

Pero todavía estoy esperando para que, con la reforma, cambie de tener una tutela a tener los apoyos justos que me ayuden a ser más autónomo y libre.

Para mí la reforma ha sido el recuperar unos derechos que nunca debían habernos quitado. Ha sido como dar marcha atrás y volver a como antes de la incapacitación: libre como un pájaro, como si hubiera roto las cadenas, igual que Nelson Mandela cuando salió de la cárcel, dispuesto a luchar por las personas. Intentando olvidarme de quienes me quitaron mis derechos poniéndome una venda en los ojos, como queriendo que no viera que soy una persona con discapacidad, que tiene derechos como todo el mundo. No quiero ser ni más que los demás, ni menos, sino igual.

Ahora, con la red de portavoces de la Asociación Española de Fundaciones Tutelares (AEFT) y en el grupo de participación y liderazgo seguiremos trabajando en defensa y representación de las personas con discapacidad intelectual para que se cumpla el derecho a decidir con apoyos, ya que con la reforma se tiene que cumplir que tengamos los apoyos necesarios, ni más ni menos, porque con esos apoyos podemos llegar a todos los sitios.

 

Santiago Izquierdo Pérez,

portavoz de la Asociación Española de Fundaciones Tutelares

y persona apoyada por FUTUCAM.

 

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