El ángel verde

Imagen de una niña sin pelo mirándose al espejo

comunicacion

04 Febrero, 2022

Historias personales

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Nunca imaginé con 36 años y una salud aparentemente fuerte la sorpresa amarga que me tenía reservada el destino. Aquel bultito que me descubrí en el pecho y que no parecía nada grave, después de una mamografía resultó ser un cáncer de mama, afortunadamente en estadio 1 y con buen pronóstico.

Desde el momento del diagnóstico estuve en contacto con la Asociación Española contra el Cáncer y su apoyo y orientación fue de vital importancia para mí, especialmente a nivel psicológico, porque mi vida de repente se volvió del revés y me sentí perdida e indefensa ante lo que se me venía encima. Mi tratamiento se compuso de terapia hormonal, radioterapia y la temible quimioterapia.

Pero la vida en todo este camino de pesadilla me sorprendió con un regalo que fue la forma en que cambió mi perspectiva sobre el valor de lo que realmente es importante y la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas cotidianas que al final son las que nos definen como personas.

Ha pasado tiempo de aquella experiencia y hace mucho que aprendí a lidiar con la incertidumbre, aceptando que lo único seguro es el presente y que cada día, llueva o salga el sol, es un regalo maravilloso.

Sonia Iglesias Montellano

 

 

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