La Universidad inclusiva, un horizonte de posibilidades
Hemos concluido la sexta edición de nuestro Congreso Internacional Universidad y Discapacidad, en la esplendorosa ciudad de Salamanca. Me parece que superó todas las expectativas: se promovió el diálogo propositivo y respetuoso, se presentaron diversas experiencias inclusivas exitosas, todo en un ambiente académico, cordial y fraterno.
Considero también que fue un evento destacado en el campo educativo y sirvió de plataforma para la difusión de enfoques pedagógicos innovadores, las últimas tecnologías educativas, y abordó los desafíos clave que enfrenta el panorama educativo internacional.
Pude apreciar cómo las instituciones educativas universitarias de todo Iberoamérica hacen grandes esfuerzos por lograr las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4. Me fue muy grato escuchar también diversas ideas que colocan el enfoque humanista como centro de toda acción: Martín Blanco abordó el concepto de inclusión desde una perspectiva profunda y conmovedora. Destacó cómo la etiqueta de “especial” puede ser dolorosa y alienante, subrayando cómo una sociedad respetuosa puede desdibujar la discapacidad. Por su parte, Alberto Durán señaló que “los derechos no se piden, se exigen. Y Sonia Viñas expresó que “la educación es un facilitador del cambio, por lo que la escuela tiene que ser activa, participativa, conectada con la sociedad, que proporcione autonomía y libertad”. Porque “si una educación no es inclusiva, entonces no es educación”. Y de gran significado fueron igualmente las actividades culturales y de convivencia.
Una educación verdaderamente inclusiva no beneficia exclusivamente a las personas con discapacidad y otros grupos sociales en situación de desventaja, sino que ofrece mejore resultados académicos, personales, sociales y económicos para la sociedad en su conjunto. Fue una de las conclusiones expresadas en el Manifiesto.
Después de aquella Declaración de 1994, Salamanca sigue contribuyendo a la Inclusión y promoviendo una educación para todos, sin excepción. Me parece que la conclusión más notable queda plasmada en la siguiente frase: “Tal vez no puedo hacer un cambio total de un sistema, pero sí puedo ser ese agente de cambio dentro del sistema” (Aranza Ávila).
Expreso mi reconocimiento a todo el equipo de colaboradores tanto de Fundación ONCE como de la Universidad de Salamanca por haber hecho posible este gran congreso. Esperaré con emoción y con altas expectativas el VII Congreso Internacional Universidad y Discapacidad en 2025. Hasta entonces, un fuerte abrazo para todos y todas.
Dr. Humberto Javier Rodríguez Hernández
Escuela Normal de Especialización. Monterrey, México VI