Cuidar tu salud mental empieza por ti

Imagen de un paisaje costero en la que se ve el mar y un rompeolas que se extiende hacia el horizonte

comunicacion

10 Octubre, 2024

Historias personales

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Mi cuidadora del centro ocupacional de FAEMA me animó a relatar mi opinión sobre cuidar la salud mental a través de mis experiencias y me gustaría hacerlo con el propósito de ayudar a otros que convivan con una enfermedad mental.

Para mí, lo primero sería aceptar la condición, dentro de la variedad de tipos de enfermedades mentales que existen. Yo tardé alrededor de veinte años en darme cuenta del problema que tenía y de medicarme. El proceso, largo y doloroso, es vital para aceptar la enfermedad y sanar.

En la entidad y concretamente gracias a los talleres que allí realizamos, he aprendido que llevar una vida sana, dormir bien, tener una rutina, llevar al día la medicación y contar con ayuda profesional son los pilares de una prevención de una posible crisis.

La Ley de Dependencia ha sido un verdadero regalo para las personas con enfermedad mental y el hecho de vivir de forma casi independiente en una vivienda supervisada de FAEMA ha supuesto una gran ayuda para mí y para muchas personas más. En los centros de FAEMA nos apoyan y nos ayudan, gracias a una amplia red de profesionales: una logopeda, psicólogas, cuidadores…Trabajamos diferentes talleres como psicoeducación, habilidades sociales, lenguaje y comunicación y realizamos una gran variedad de actividades deportivas que, además de tenernos entretenidos, nos mantienen intelectualmente activos. En mi caso, contar con ayuda psicológica significó un antes y un después.

Sé que siempre estará la batalla contra uno mismo, pero con positividad, aceptación, apoyo de familiares, amigos y profesionales, la enfermedad puede remitir y se puede llevar una vida normalizada. Soy bastante feliz con la vida que tengo y mi mayor agradecimiento es para todos los profesionales que realizan su trabajo, vocación y dedicación, aportando tanto a nuestras vidas. Como decía Carl Gustav Jung, “solo los árboles cuyas raíces han crecido en el infierno pueden tocar el cielo”.

 

Diego Mateo Sáez Worsley

 

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