Y la vida nos sorprendió

Dos manos entrelazadas de una persona joven y otra mayor

editor

21 Septiembre, 2025

Historias personales

Pasado el tiempo, después de ese periodo de negación de que esto esté pasando en mi casa, el significado de la convivencia con una persona con alzhéimer para mí es como una mezcla de sensaciones y sentimientos que van desde la desesperación a otros gratificantes al mismo tiempo. 

Desde la sospecha de que algo raro pasaba hasta el posterior diagnóstico, fueron muchos los temores y dudas que me surgieron y asaltaron continuamente: miedo al día de mañana y miedo a no ser capaz de tomar las decisiones oportunas y precisas. 

Todo ello pasa, poco a poco, sin darte cuenta. Día tras día, mi familiar fue cambiando, cambios que para mí eran muy difíciles, ya que recordaba tiempos anteriores en los que todo era fácil. A veces me enfadaba, a veces lloraba, sobre todo en los primeros años. En la medida en que pasaba el tiempo y la enfermedad iba avanzando, mis miedos y mis enfados iban también a más. Cada vez reconocía menos a mi esposa; yo no había pensado en esta vejez. Ya no podía más. Fue entonces cuando me tuve que resignar y aceptar que todo lo que estaba pasando podía despertar en mí sentimientos muy fuertes de amor y ayuda a una persona que era todo para mí. 

El día a día a veces era un caos. Luego aprendí que era como un procedimiento, porque ella espera siempre lo mismo. A veces no podía ser, pero estar habituada a las mismas cosas le hacía bien. Luego me explicaron que se sentía cómoda así. Ella necesitaba saber que estaba segura y que reconocía el lugar y las cosas que hacía.

Para mí fue una gran ayuda que me hablaran de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFA), ya que allí me encontré gente con los mismos problemas que yo. Dejando a mi mujer en la asociación sabía que quedaba en buenas manos. 

Así llegué aceptar que esta etapa de la vida podía ser vivida de muchas formas. Ahora estoy agradecido de poder cuidarla y ayudarla en este tiempo, aunque sea duro, pero como he dicho al principio, también gratificante. 

Horas de lectura acerca de la enfermedad, cursos, charlas, todo para poder tener el máximo de información posible sobre esta maldita enfermedad. Ahora mi mujer se encuentra en una fase en que su dependencia provoca en mí un mayor trabajo, ya que es mucho más lenta para todo y solo reconoce sentimientos, caricias, voces… pero esta dependencia, que ha acabado siendo mutua,  también provoca mayor satisfacción por poder cuidarla desde el respeto y el cariño que merece.

 

Juan Soler Soriano

Canals (València)

Compartir:

Entradas relacionadas

Silueta de una persona saltando entre dos acantilados al atardecer, donde  las letras 'i' y 'm' caen del acantilado izquierdo transformando la palabra 'impossible' en 'possible' en el acantilado derecho
10 Octubre, 2025
Dos manos entrelazadas de una persona joven y otra mayor
21 Septiembre, 2025
Imagen de Inmaculada sentada en rocas dentro de un arroyo, sosteniendo a un perro con collar rojo
08 Septiembre, 2025