Derribando barreras y estigmas relacionados con la discapacidad y el empleo
Hola, me llamo Virginia González y tengo espina bífida e hidrocefalia (EBH). Esto es solo un detalle minúsculo y anecdótico de mi vida. Como os decía, aunque es algo que me ha acompañado siempre, he luchado para que no me condicione en lo que realmente quiero y persigo.
Desde pequeña, siempre quise crear una empresa que pudiera servir o ayudar a los demás y por esa razón decidí estudiar la carrera de Administración y Dirección de Empresas Bilingüe. Durante la licenciatura, viví un año en Londres, gracias a la beca Erasmus. ¡Fue una experiencia increíblemente recomendable!, También impartí clases de refuerzo escolar, inglés y francés, algo que nunca antes me había planteado pero que descubrí apasionadamente.
Tras acabar la carrera, me sumergí como todo el mundo en el gran trabajo que es la tarea de buscarlo, pero no tuve buenos resultados. Fue entonces cuando en 2013, empezó a cobrar fuerza la idea de materializar mi sueño: crear una academia de clases particulares. Y un año más tarde con el objetivo de ampliar mis conocimientos y mejorar mis habilidades didácticas comencé el grado de Pedagogía.
En la actualidad, curso el último año del grado y soy técnico de Familia y Comunicación en la Federación Española de Asociaciones de Espina Bífida e Hidrocefalia (FEBHI), trabajando por defender los derechos y mejorar la calidad de vida de las personas con Espina Bífida.
Durante estos 28 años, puedo decir que he aprendido muchas cosas, pero una de las más significativas ha sido darme cuenta de lo importante que es luchar por las cosas que quieres y que te hacen feliz.
¿Que si es difícil? Por supuesto, pero para nadie es fácil. Es más, me atrevería a decir que en algunas ocasiones cuanto más complicadas son las circunstancias, más gratificantes y retadores son los frutos que recogemos.
Hoy, 21 de noviembre, Día Nacional de la Espina Bífida en España, bajo la campaña “Apuesta por nuestro talento”, me gustaría recalcar lo importante que es que todas las personas puedan optar a un empleo de calidad en igualdad de condiciones. Y lo vital que es que tanto las empresas como las personas apuesten por el talento de cada persona, con o sin discapacidad, y no por las limitaciones.
Virginia González