Comprender y vivir el mundo a través de la lectura, un derecho de todas las personas
A través de la lectura de un libro podemos soñar, viajar por el tiempo, reírnos, sentir miedo, compasión, amor, alegría y también, aunque nos cueste reconocerlo, podemos llorar y vivir un sin fin de emociones.
¿Y qué pasa con la imaginación? Obvio: vuela.
Los libros y su lectura son las fuentes de crecimiento personal. Nos ayudan a comunicarnos mejor, a estudiar, a informarnos y formarnos, a reconocer las emociones de otras personas, a defender nuestros intereses y derechos.
Pero, ¿todos podemos disfrutar y participar de la lectura? No. Tres de cada diez personas tienen dificultades lectoras, lo que significa que es posible que tengan capacidad para leer (descifrar los símbolos), pero no conseguirán comprender e interpretar la lectura.
¿Y cuáles son las consecuencias de no comprender lo que se lee? Supone una pérdida inmensa para las personas, que indudablemente redundará en perjuicio de la participación y en el enriquecimiento de la cultura en la sociedad.
Una herramienta de ayuda para comprender lo que se lee es la Lectura Fácil, que con sus pautas de adaptación y elaboración de documentos provee de contenidos de fácil comprensión.
Es una solución de la que no sólo se benefician las personas con discapacidad intelectual, sino que también supone una ayuda para sectores de la población como personas mayores, ciudadanos con bajo nivel de alfabetización, quienes tengan escaso dominio del idioma, o turistas, entre otros.
La Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad, en sus artículos 2, 9, 10, 21 y 31, identifica el derecho al acceso a la información y la comunicación y la participación en igualdad de oportunidades.
El principal protagonista de la Lectura Fácil es el destinatario final. Fijaos lo importante que es su validador.
Uno de los procesos obligatorios por los que pasa la adaptación o elaboración de documentos a Lectura Fácil es la validación.
Una buena práctica que seguro que podemos aprovechar todos es el diccionario de Lectura Fácil y un ejemplo de un texto en Lectura Fácil, el siguiente cuento.
El libro que quería ser leído.
Empezaré presentándome.
Me llamo Palos en la rueda.
Soy un libro incomprendido por muchos.
Quien me conoce me quiere mucho.
Me recomiendan como amigo para llevar siempre.
He estado bastante triste.
Por no poder ser comprendido por todos.
Pero no todo son palos en la rueda.
Las ruedas no avanzan si te ponen un palo en la rueda.
Los palos frenan las ruedas.
La semana pasada conocí a Claudia.
Claudia me tomó entre sus manos tibias.
Las manos no las tenía frías.
Tampoco calientes.
Claudia intentó leerme.
En mi primera página dejó de leerme.
Yo me sentía preocupado.
Pablo es quien me regaló a Claudia.
Pablo también estaba triste.
Pablo me llevó a un adaptador a Lectura Fácil.
El adaptador se interesó por cada una de mis palabras.
Por cada una de mis imágenes.
Por mi autor.
Y me adaptó a Lectura Fácil.
Lo más agradable.
Es que otras personas han comprobado.
Que puedo ser leído por muchas más personas.
Claudia está muy contenta.
Claudia ha podido leer el libro.
Pablo y Claudia han hablado del libro.
Han hablado sobre mí.
Claudia piensa que los palos en la rueda.
Se quitan por medio de las personas que tienen empatía.
Las personas que conocen las necesidades.
Y las personas que buscan soluciones.
Y yo Palos en la Rueda.
He conocido en esta aventura a compañeros de camino.
Como la Señora Lectura Fácil.
Y al Señor Braille.
Nota: El cuento se ha escrito siguiendo las pautas de Lectura Fácil, con la ayuda de Nacho, destinatario final.
Gracias Nacho.
Mónica Rodríguez Rubio de la Torre
Técnico-Área de Accesibilidad Universal de Fundación ONCE