Cuentos que contagian ilusión
Hoy es el Día del Libro. Se celebra en toda España con cientos de eventos, encuentros literarios, debates, librerías que salen a la calle, lecturas dramatizadas... Una algarabía cultural que año a año, afortunadamente, va en aumento, a pesar de que ciertas encuestas hablan de que todavía queda mucho camino por recorrer en esto de aumentar el número de lectores. O lo que es lo mismo, aumentar el número de personas más libres. Porque lo que de verdad da alas, no es ninguna bebida energética, sino la cultura.
Hace más de diez años, con la ilusión de tener en nuestras manos un bebé recién nacido, mi socia y amiga inseparable Maru, apareció con un dibujo. Era una niña a la que le faltaba un brazo y soñaba con ser equilibrista. A pesar de la dificultad por el tema de la distribución desigual del peso, con su tesón, y el cariño de su familia lo conseguía.
Entonces lo vi claro. Aquella niña era el inicio de muchas historias que contarían a todos los niños del mundo que la discapacidad no era ningún impedimento para conseguir nada de lo que se propusiesen.
Mientras Maru dibujaba y yo escribía, sin estar seguros de quién querría escuchar nuestros cuentos, el sueño se fue convirtiendo en realidad. Ahora se llama ‘Cuentos que contagian ilusión’ y forman parte de la biblioteca infantil de Fundación ONCE (http://bibliotecainfantil.fundaciononce.es/ ), un espacio para conocer a todos los protagonistas que con sus vidas, sencillas y tiernas como las de cualquier otro niño sin discapacidad, cuentan sus sueños, ilusiones, esperanzas y por supuesto, como cualquiera, sus temores.
La colección ha ido creciendo como crece una familia. La web está repleta de actividades para entretener a los más pequeños y para demostrar a los adultos que acercar a sus hijos a la realidad del mundo de la discapacidad con total normalidad no sólo es posible, si no que enriquece a todos.
Maru, también autora de alguno de los cuentos, se encarga de poner imagen a nuestros pequeños, a los que queremos como si fueran nuestros propios hijos. Es bonito ver cómo discapacidades con poca visibilidad han encontrado un lugar dónde son tan necesarias como cualquiera. Conocer a padres y madres, que al ver reflejadas en los protagonistas sus vidas y las vidas de sus hijos, se han sentido confortados, y donde todos los personajes son felices cada cual con su diferencia, diferencia que les convierte a cada cual en personas únicas e irrepetibles sin las cuales al mundo le faltaría trocito de verdad.
Pero si ha habido algo que realmente nos emociona como autoras es ver, cuando nos vamos de bolo con los cuentos por toda España, que los niños y las niñas (con o sin discapacidad) que escuchan los cuentos, terminan acercándose al escenario para hacerse fotos con su héroe favorito. No se fijan en la discapacidad que tiene, si no en su habilidad para resolver los conflictos. “Yo quiero ser aurora”, “Pues yo, Aitor”, “Yo Aneta que es poeta”, “Hazme sitio, que quiero estar al lado de Pablo García Policía”, dicen.
Soñamos en un día en el que la discapacidad no sea “algo” que tener que explicar, sino una característica más de la persona, como quién tiene el pelo rubio, es alto, o gordito…
¿Te atreves a cambiar el mundo? Entra y empieza: http://bibliotecainfantil.fundaciononce.es/
Eva Latonda y Maru García,
autoras de ‘Cuentos que contagian ilusión’