El Día Internacional de las Personas Sordas desde la escuela

Foto de Lourdes en el exterior

comunicacion

24 Septiembre, 2022

Formación

0 comentarios

1.409 visualizaciones

Para las personas sordas, al menos para algunas, el último fin de semana de septiembre adquiere siempre un significado especial. Es “nuestro” día, un día en el que nos sentimos protagonistas porque los medios de comunicación nos reservan unos minutos, porque nuestras organizaciones se vuelcan en dar a conocer a la sociedad los aspectos que nos definen como “personas sordas” y porque se nos ofrece una plataforma para reivindicar ciertos derechos que, aunque reconocidos, no acaban de materializarse todavía en muchas situaciones de nuestra vida cotidiana.

Suele ser un evento festivo y se celebra también en muchas escuelas donde se escolariza alumnado sordo, incluso alguna hay que se apunta a la conmemoración sin tener alumnos o alumnas con discapacidad auditiva.

Como maestra, he tenido oportunidad de participar en muchos Días de las Personas Sordas y siempre los he vivido, y disfrutado, como momentos de inclusión educativa reales cargados de emoción. Hemos desarrollado múltiples actividades, con mayor o menor éxito, pero siempre han servido para constatar una verdad incuestionable: cuando nos conocemos, cuando nos escuchamos, podemos comprendernos mejor, y cuando nos comprendemos, el respeto y la cooperación surgen de forma natural, especialmente en los niños y niñas que no necesitan para ello ninguna lección formal.

Sin embargo, este 24 de septiembre me gustaría aportar una reflexión distinta. Vayamos para ello a la primera línea de este artículo: “al menos para algunas”. Por ahí va mi reflexión. Creo que es necesario hacer énfasis en la diversidad del colectivo de personas sordas. En nuestras aulas podemos encontrar alumnado sordo muy signante, poco signante o incluso, nada signante; alumnado sordo que habla mucho, que habla poco o que apenas habla; alumnado sordo que no oye nada, que oye un poco, que oye bastante o que ‘no parece sordo’. Su denominador común es que todos son personas sordas. Todos necesitan algún tipo de adaptación por parte del entorno, recursos, algún apoyo que facilite y garantice su participación en la escuela en pleno derecho. Pero no todos del mismo modo y en el mismo grado.

Conocer la diversidad e incluirla en la celebración me parece fundamental. Me gustaría que fuese realmente ‘nuestro día’, el de todos y todas las personas sordas, sean como sean. ¡Feliz día!

 

Lourdes Gómez Monterde

 

Compartir

Entradas relacionadas