Una experiencia simplemente maravillosa
Hola, Me llamo Natalia y soy voluntaria en acompañamiento individual. Me pidieron que hiciera un post donde contase porqué decidí regalar mi tiempo a los demás. Pero lo que no sabía cuando comencé es que ese tiempo me lo iban a regalar a mí en forma de aprendizajes.
Mi experiencia en este tipo de acompañamiento es simplemente maravillosa. Todo empezó porque sentía que necesitaba hacer algo distinto, que impactase realmente a la sociedad… Básicamente ese pequeño gesto que todos queremos realizar para hacer de este mundo un mundo mejor.
Llegué a Fundación ONCE, por casualidad, tras escuchar un anuncio de la lotería. El proceso de alta fue bastante fácil y tras revisar sus actividades disponibles, vi el anuncio de Mari Ángeles, una persona a la que le gustaba pasear (¡como a mí!) y buscaba a alguien que le acompañase en esta actividad.
Empezamos a vernos a principios de 2022 y desde entonces salimos a pasear por los parques cercanos a su casa una vez en semana. Nos hemos ido adaptando a las estaciones: buscando la sombra para no derretirnos, poniéndonos guantes para no pasar frío o chubasquero para no mojarnos. El caso es que a nosotras nada nos para en el hobby que tanto nos gusta, pasear mientras charlamos de la vida. Julio, su marido, ya nos ha dado el apodo de andarinas.
Es cierto que nunca sabes dónde vas a encontrar a personas que marquen tu vida o simplemente te aporten o enseñen otras perspectivas. Mari Ángeles es una de esas grandes maestras de mi vida. Me ha enseñado a fijarme en los pequeños detalles, aquellos que para unos no son nada y para otros lo son todo, por ejemplo, el movimiento al andar, el tacto de las plantas o la dirección de la voz. Me ha enseñado a valorar lo verdaderamente importante de la vida, que básicamente es la actitud y la salud. Con estas dos cosas puedes sortear muchas dificultades y encontrar la felicidad en el día a día.
Durante este año he pasado momentos de mi vida más complicados y, ella, aunque no lo sepa, siempre pone perspectiva a mis problemas, ayudándome a enfocarlos de otra manera.
Me encanta estar con ella porque podemos hablar de cualquier cosa, nos contamos nuestro fin de semana, nuestros libros y películas favoritas, compartimos reflexiones, etc. Pero, sobre todo, me gusta estar con ella porque ha vivido y luchado mucho, lo cual me permite conocer otras formas de hacer que no contemplaba. Creo que hay que rodearse de este tipo de personas, esas que nos complementen y nos hagan ver más allá.
Mari Ángeles es un referente para mí, por su energía natural (esa que me gustaría replicar algún día), por sus ganas de disfrutar de la vida, de divertirse, de jugar y de explorar.
Antes he dicho que esto lo encontré por casualidad, pero creo que las casualidades no existen y ese era el camino que debía seguir para encontrar a Mari Ángeles, a quien hoy puedo llamar amiga.
Creo que tras leer este relato podrás imaginar que recomiendo encarecidamente el poder realizar este tipo de voluntariado, pues es realmente gratificante y se conoce a gente maravillosa: Mari Ángeles, su familia, la gente de Fundación ONCE... A todos ellos les estoy sumamente agradecida.
¡Si tú también quieres hacer algo distinto, da el paso, no mires a otro lado! Hay mucha gente a la que puedes ayudar con muy poco y a la que puedes hacer realmente feliz. Hay muchas Mari Ángeles esperándote.
Natalia Orozco