De la crisis al renacer
En ocasiones, cuando eres medallista paralímpico, has ganado campeonatos de Europa o del mundo o recibes el reconocimiento social y experimentas ciertas emociones como alivio, alegría, euforia, satisfacción y orgullo entre otras, y lo unes al pensamiento de que eso es gracias a tu esfuerzo y la planificación que realizaste, puedes llegar a fusionarte con el concepto de persona ‘exitosa’.
Luego cuando todo esto pasa, te retiras y vuelves al anonimato descubres que eres una persona más, que sufres, anhelas y te apegas a las mismas cosas que cualquier ser humano.
Con el paso del tiempo y con el apoyo de personas y entidades descubrí que mi historia vital me hace ser una persona única, porque las experiencias y las crisis vividas permiten siempre tener aprendizajes y consolidar tus valores, que pueden ser de gran valor para muchas personas y/o entidades. Todo esto me aportó entrar a formar parte del Programa Trainers Paralímpicos de Fundación ONCE.
Con esa premisa o hipótesis nos juntamos un grupo de deportistas con discapacidad gracias a la gestión y liderazgo de Fundación ONCE, que confió en nuestro potencial y nos ofreció un largo proceso de formación. Esta formación abarcó desde nociones de comunicación/marketing (‘branding’ y ‘storytelling’), hasta entrenamiento en técnica actoral y vocal o técnicas de humor.
Enseguida comprendimos que, si queríamos hacernos un hueco en el espacio de conferenciantes y diferenciarnos del resto de personas que comparten características y fines, debíamos enriquecer nuestro repertorio para que nuestras conferencias no se repitieran. Esto implicaba apostar por la formación continua, pues nos tuvimos que adaptar a un entorno laboral cambiante, ya que, por ejemplo, durante la pandemia los canales de comunicación experimentaron una gran transformación.
Con independencia de esta situación, el reto implicaba mejorar nuestras habilidades para hacer las conferencias y talleres de otras formas, donde si hubiera algún participante de anteriores eventos tuviera la sensación de estar en uno nuevo y diferente.
Unidas a estas circunstancias pudimos experimentar cómo ganábamos la sensación de ser más eficientes en nuestras intervenciones, pues nuestra ‘caja de herramientas’ o recursos (técnicas y habilidades) nos daban un plus para mejorar nuestro rendimiento y facilitar la consecución del objetivo de nuestros clientes.
A modo de conclusión, me gusta compartir la siguiente reflexión, que simboliza lo que para mí significa el programa Trainers Paralímpicos. Una persona entra en el grupo en un momento de su vida complicado, porque está a punto de dejar la competición y siente la oscuridad de no tener un horizonte claro, así como la frialdad y humedad de la ansiedad ante la incertidumbre del fin de una etapa y el comienzo de otra por descubrir; un escenario similar al de una semilla. Al igual que sucede en la naturaleza, cuando se cuida el terreno y se aportan los nutrientes necesarios, la hidratación y luminosidad justa, la semilla germina y da un maravilloso fruto; esta es la función que realiza Fundación ONCE en el Programa, es decir, facilita el proceso de transición (prepara el terreno) aportando formación (nutrientes, hidratación y luz) y generando oportunidades para dar conferencias y ofrecer actividades en empresas o entidades sociales/educativas para compartir los aprendizajes acumulados en nuestra trayectoria vital y como deportistas de Alto Rendimiento (el fruto germinó).
Álvaro Galán