Mi camino hacia la Medicina: una pasión por sanar
Me llamo Ana y estoy cursando mis estudios de Grado de Medicina en Albert-Ludwigs-Universität Freiburg, en Alemania, con una de las becas ‘Oportunidad al Talento’ de Fundación ONCE en la categoría Movilidad Internacional.
Desde que era una niña, siempre sentí una profunda inclinación hacia la ciencia y tenía una infinita curiosidad por saber cómo funcionaba cada cosa de nuestro cuerpo. Sin embargo, no siempre tuve claro si la medicina era lo mío y aunque barajé muchas otras carreras en el ámbito de ciencias de la salud, al final y casi por azar acabé eligiendo esta preciosa carrera.
Aunque al principio fue compleja, ahora tengo claro que fue una de las decisiones más acertadas de mi vida. La medicina es una carrera preciosa, pero muy sacrificada, ya que hay que estudiar mucho y ponerle muchas horas. Sin embargo, la pasión que he desarrollado en estos tres años por la disciplina hace que disfrute cada segundo. En estos tres años he podido conocer en profundidad la anatomía del cuerpo humano, la bioquímica, cómo y por qué funcionamos de esta manera… Pero esta carrera siempre me ha dejado con ansia de saber más, ya que es un campo infinito del que siempre se puede investigar.
Mi experiencia en la facultad de medicina ha sido una montaña rusa de desafíos y recompensas. Desde las largas horas de estudio hasta las rotaciones clínicas en hospitales, cada día me enseña algo nuevo y me acerca un poco más a mi sueño de convertirme en médico. Lo que más me gusta y donde más aprendo lo que de verdad es ser médico es en las prácticas clínicas. En las prácticas, ya no aprendemos de un libro, sino observando a los pacientes. Aquí también aprendemos a interactuar con pacientes, a comprender sus preocupaciones y a brindarles el apoyo y la atención que necesitan en momentos difíciles, algo fundamental para ser un buen médico.
Mi objetivo final es convertirme en una médica empática y compasiva, ya que, aunque las habilidades y conocimientos de los médicos son básicos para el correcto tratamiento de los pacientes, la empatía es lo que de verdad marca la diferencia y consigue que tus pacientes estén cómodos contigo.
A las chicas interesadas en seguir una carrera en medicina, las animo fervientemente a perseguir sus sueños; solo les hace falta tener un interés verdadero en la fisiología del cuerpo humano y una curiosidad intrínseca en siempre saber y conocer más, algo crucial en un buen médico, y mucha pasión y dedicación. La medicina es una carrera muy bonita, con la que puedes ayudar a muchísima gente, sin embargo, el camino puede ser muy duro, por lo que nunca puede faltar la motivación y constancia. La satisfacción de ayudar a los demás y hacer una diferencia en el mundo hace que cada desafío valga la pena.
Ana Giner