El bienestar de la infancia con discapacidad es el objetivo
No creo que nadie esté en desacuerdo con el título que encabeza este post y sin embargo me parecía importante que fuera el punto de partida.
Hoy, en el Día Nacional de la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, quiero reafirmar la urgencia de abordar las desventajas que enfrentan niños y jóvenes con discapacidad en comparación con sus pares sin discapacidad, especialmente en aspectos como pobreza, violencia y acceso a servicios básicos como sanidad y educación.
Como profesional con experiencia en el impulso de políticas que atiendan las necesidades de la infancia he observado con atención la evolución de la educación inclusiva y su impacto en la práctica. Hay un consenso académico sobre la necesidad moral y normativa de atender al alumnado con discapacidad, pero estamos lejos de haber conseguido una inclusión educativa real y efectiva.
Aunque la recomendación general es que las intervenciones deben ser individualizadas, esto a menudo puede convertirse en un obstáculo para desarrollar prácticas más estandarizadas que generen cambios sistémicos.
La integración de los estudiantes en entornos no segregados ha sido una tendencia desde los años setenta, con evidencia que sugiere beneficios tanto para alumnos con necesidades especiales como para la población estudiantil en general.
Junto a las intervenciones orientadas a atender las dificultades de aprendizaje y las estrategias para la organización efectiva del aula, son esenciales las áreas de intervención orientadas a su bienestar, como son el apoyo emocional y psicológico, de una parte, y de otra, la ‘inclusividad‘ de los entornos educativos ordinarios que eviten la ‘segregación social’ en la vida del centro más allá del aula.
¿cómo podemos mejorar nuestras prácticas educativas para realmente lograr una inclusión efectiva, no solo en teoría, sino en la práctica diaria de nuestras escuelas?
La Garantía Infantil que se financia a través del Fondo Social Europeo + debe atender las necesidades de la infancia con discapacidad en este sentido. Desde la Dirección de Programas de Infancia de Fundación ONCE creemos que es esencial aprovechar esta oportunidad para crear entornos que protejan sus derechos tal y como están reconocidos en la Convención Internacional. Nuestro objetivo es atender el bienestar emocional de los niños y niñas con discapacidad, apostando por mejorar su experiencia escolar desde una intervención de calidad que genere cambios estructurales hacia una educación inclusiva.
Ana Sastre Campos,
directora de Programas de Infancia
de Fundación ONCE