Mujeres con problemas de salud mental: nuestra voz ya no será silenciada
Las mujeres con problemas de salud mental hemos visto cómo nuestra voz ha sido históricamente silenciada. Hemos sufrido siempre un doble estigma: por nuestra condición de mujeres y por nuestro estado de salud mental. La sociedad nos ha llamado de forma recurrente “locas”, “histéricas”, “depresivas” o “malas madres”, y nos ha presentado como menores de edad, no aptas para la maternidad, incapaces de mantener una relación de pareja, o de sostener argumentos veraces.
Estos estereotipos han hecho (y hacen) mucho daño y tienen su consecuencia en la práctica: nos discriminan en numerosos ámbitos, como en el acceso a la educación, a la justicia o al empleo.
Hoy, Día Internacional de la Mujer, queremos reivindicar que esto está empezando a cambiar, en gran medida gracias al trabajo y al compromiso del movimiento asociativo de la discapacidad en general y de la salud mental en particular.
En los últimos años, se han producido conquistas muy relevantes. Recordemos que, hasta diciembre de 2020, eran legales las esterilizaciones forzosas de personas con discapacidad que habían sido incapacitadas judicialmente. Es decir, hasta hace poco más de tres años, se vulneraban nuestros derechos sexuales y reproductivos de forma flagrante, y la ley lo permitía.
¿Por qué es importante entender siempre la salud mental con perspectiva de género? Solo tenemos que fijarnos en los datos para encontrar la respuesta. Las mujeres tenemos tres veces más riesgo de desarrollar depresión. Según el informe ’La situación de la salud mental en España’, elaborado por Salud Mental España junto con Fundación Mutua Madrileña, el 61,3% de las personas que han sufrido problemas de salud mental son mujeres, frente al 38,3% de hombres. Y tres de cada cuatro mujeres con problemas de salud mental han padecido en algún momento de su vida violencia en el ámbito familiar o de la pareja.
Lo que reivindicamos es una educación no sexista, accesibilidad universal en todos los servicios públicos y la figura de asistencia personal experta en género y salud mental. También reclamamos que se respeten nuestros derechos y nuestra autonomía, así como mecanismos de acogida y reagrupación familiar en situaciones de violencia. Y, por supuesto, un mercado laboral orientado a la conciliación y adaptado a la diversidad.
Es ahora cuando nuestra voz comienza a escucharse, y ya no vamos a callar nunca más. Seguiremos reivindicando lo que siempre fue nuestro y nunca nadie nos debió arrebatar: derechos e igualdad.
Elena Briongos,
secretaria de la Confederación Salud Mental España